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lunes, 6 de junio de 2016

Angel María Ocampo: entre la historia y el ensayo




Por JOSE MIGUEL ALZATE

Me ha pedido el historiador Angel María Ocampo Cardona que escriba el prólogo para un nuevo libro suyo, Paisajes inexplorados de la historia caldense, una obra donde el investigador que es este hijo de Marquetalia explora sobre aspectos conocidos de la historia de este departamento fundado mediante la ley 17 del 11 de abril de 1905, firmada por el entonces Presidente de la República, general Rafael Reyes. Debo entonces iniciar esta introducción al libro diciendo algo que hace mucho tiempo he querido expresar: que en el trabajo literario de Angel María Ocampo convergen dos géneros que el escritor maneja con maestría. Uno es el historiador que busca a través de la investigación hacer claridad sobre sucesos que marcaron una comunidad; otro es el ensayista de estilo aquilatado que hurga en el trabajo de los escritores para encontrar las claves de su producción literaria. 

Quiero explicar en este párrafo por qué razón me atrevo a decir que en el alma de Angel María Ocampo Cardona habita un excelente escritor. Cuando leí su ensayo sobre Bernardo Arias Trujillo, que fue premiado en un concurso de literatura caldense, me sorprendió encontrar en esas páginas a un conocedor profundo de la obra del autor caldense fallecido el 4 de marzo de 1938 víctima de una sobredosis de barbitúricos. Encontré allí, en ese texto que años después reeditaría bajo el título de “Pasión y patria, en torno a Bernardo Arias Trujillo”, a un ensayista que con un lenguaje preciso muestra al autor de la novela "Risaralda" en toda su dimensión humana. Angel María Ocampo le enseña al lector de qué se nutre la narrativa de Arias Trujillo, cuáles fueron sus preocupaciones temáticas, de dónde viene la fuerza poética de su prosa, por qué el suyo fue un corazón atormentado. La lectura de este libro me reveló a un ensayista con la profundidad filosófica de Ernesto Volkening y el dominio del contexto histórico de Otto Morales Benítez.

Después de la lectura de ese libro para mi revelador de la personalidad literaria de Angel María Ocampo, quise conocer sus otros trabajos intelectuales. Y, para sorpresa mía, me encuentro con sus libros Marquetalia, su historia y su cultura y Dios bendijo la Villa del sol. El primero es la historia de su pueblo natal contada en un lenguaje limpio, retrotrayéndose al tiempo para contar cómo surgió el poblado y qué factores influyeron en su fundación. El segundo es la biografía del sacerdote Antonio María Hincapié, un líder que con su carácter forjó el desarrollo de Marquetalia y, además, sentó las bases para que la educación en el municipio fuera una preocupación de la clase dirigente. Estos dos libros me revelaron a un historiador que hurga en archivos para sustentar sus verdades sobre la historia de un pueblo que construyó su presente gracias al civismo de un sacerdote que, para superar una etapa de violencia, supo conducir a los ciudadanos por los caminos del entendimiento. 

Con la lectura de estos tres libros pude darme cuenta de que estaba frente a un escritor que maneja el idioma con precisión en dos géneros literarios distintos: la historia y el ensayo. Como historiador, su prosa se nutre de datos y fechas que le muestran al lector cómo ha sido el desarrollo de los pueblos. Además de datos importantes sobre el acontecer de la comunidad historiada, Angel María Ocampo aporta en sus textos nuevas teorías sobre la investigación histórica. Va al fondo de los temas, tratando de encontrar relación entre los hechos, buscando siempre el dato escondido, escribiendo con la certeza de que ha investigado a fondo el tema y sus precedentes. Como ensayista, no se queda en el esbozo simple de una obra literaria sino que busca en la personalidad misma del escritor la razón de su creación. Si en los textos de carácter histórico aborda con conocimiento el contexto geográfico, en los ensayos busca el contexto histórico para ubicar las obras en su tiempo. Al escribir sobre historia agota las posibilidades de aportar datos nuevos. Cuando escribe sobre literatura fluye el escritor que tiene dominio del arte de escribir. 

Paisajes inexplorados de la historia caldense confirma las grandes aptitudes de Angel María Ocampo Cardona para escribir historia. Los doce capítulos que conforman este libro están trabajados con disciplina intelectual, con rigorismo investigativo, con riqueza de datos comprobables. Cuando aborda el tema de los tiempos de la conquista para mostrarle al lector qué tribus habitaron la geografía caldense lo hace con rigor de científico, yendo a las fuentes para desentrañar el pasado indígena, las costumbres de los primeros pobladores de la región y el aporte que cada tribu hizo para la consolidación de sus espacios. Llama la atención en este punto su interés en descubrir el verdadero nombre de las tribus que habitaron el oriente del departamento.  En este sentido, se inclina por llamar Patangoros a los indios que los historiadores denominaron Pantágoras. Coincide en este nombre con Albeiro Valencia Llano. Sobre los indios Marquetones sostiene la idea de que el nombre se enraizó por factores de pronunciación, señalando que fue un derivado de Mariquities. 

Muchos tópicos importantes trata este libro. Por ejemplo, aclara que Núñez, el primer nombre que tuvo el Municipio de Marquetalia, se le puso como un homenaje a Rafael Núñez, el regenerador, no como un reconocimiento a Francisco Núñez de Pedrozo, el conquistador que persiguió a las tribus que se asentaron en su territorio. Sobre el proceso de fundación del poblado dice que fue una prolongación de la colonización antioqueña. Todo porque personas que llegaron al norte de Caldas emigraron después hacia estas tierras para consolidar la fundación de varios pueblos. Reconoce, sin embargo, el aporte tolimense y caucano en el proceso poblador de todos los municipios del oriente caldense, destacando que mineros, agricultores y comerciantes tuvieron fuerte incidencia en la formación de sus comunidades. 

El aporte que ha hecho Ocampo Cardona para el conocimiento de la historia de Caldas es importante. Los antecedentes indígenas, el proceso colonizador, la fundación de los pueblos, el fortalecimiento de la educación, los sucesos violentos, la influencia religiosa, los movimientos culturales y el desarrollo económico son temas que el historiador aborda para mostrar cómo se hizo posible el surgimiento de estos municipios. En el libro no podía quedar por fuera lo que significó La masacre de la Italia, ejecutada el 5 de agosto de 1963 por el temible bandolero Desquite, alias de José William Aranguren, que dejó 39 ciudadanos asesinados. Tampoco lo que representó para Marquetalia el maestro Ramón Cardona García, asesinado en la época de la violencia partidista, En el caso de La masacre de la Italia Angel María Ocampo afirma que el hecho fue cometido como represalia por el asesinato de Manuel Salvador Castro, el 16 de agosto de 1959. Desquite había jurado vengar la muerte de este ciudadano liberal que se desempeñaba como Secretario de la Alcaldía. 

Paisajes inexplorados de la historia caldense abre nuevas interpretaciones sobre el devenir histórico del departamento, enseña lo que ha representado la región del oriente en su historia, aclara hechos que están grabados en la mente de los ciudadanos. Angel María Ocampo Cardona rescata del olvido sucesos que deben permanecer en el recuerdo de los pobladores de estos municipios por lo que representan como sucesos  que marcaron su pasado.  Esta obra responde a las expectativas que, como lector, en mi había despertado el escritor oriundo de Marquetalia después de leer su libro Posiblemente ignorados. Me atrevo a decir que en Ocampo Cardona tiene este municipio una figura literaria de alto vuelo por la calidad de su prosa y su disciplina investigativa. Cierro con estas palabras de César Montoya Ocampo, escritas después de leer el libro de Ocampo Cardona sobre Arias Trujillo “¡Qué estudio de tan extenuantes sondeos en los anaqueles, y qué estilo tan depurado!”








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